El procedimiento quirúrgico es la indicación que logra mayores resultados y permite cambiar la conducta alimentaria de los pacientes.
La obesidad mórbida, definida como el exceso de grasa corporal en relación con la talla o longitud corporal, es un desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto de energía. Este desequilibrio ocasiona un incremento progresivo del tejido adiposo corporal, provocando un desorden peligroso en la vida del paciente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de la población mundial presenta sobrepeso y es la segunda causa principal de muerte evitable. Uno de los aspectos más preocupantes de esta enfermedad es que, a lo largo de su desarrollo, presenta una serie de patologías denominadas comorbilidades -como diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares y cardíacas, apnea de sueño y asma- que son dependientes del sobrepeso y altamente riesgosas.
En la mayoría de los casos, el tratamiento convencional de la obesidad tiene pocos resultados y el paciente obeso mórbido no logra resolver su problema. Muchas veces llega el temido “efecto rebote”, donde se logra un descenso importante de peso con dieta aunque el organismo, por un mecanismo de memoria, vuelve progresivamente al peso inicial o supera los valores previos.
Entonces aparece el tratamiento quirúrgico como la indicación que demuestra los mayores resultados. Al tratarse de una cirugía conductual logra disminuir el apetito, alcanzar saciedad con porciones reducidas, modificar la forma de alimentarse y el modo en que el paciente se relaciona con los alimentos. Es decir, según la Asociación Argentina de Cirugía, la intervención permite cambiar la conducta alimentaria y sostener una alimentación saludable sin padecimientos.
¿Quiénes pueden realizarse la cirugía?
Aquellos pacientes que posean incapacidad demostrada para controlar la ingesta, un deseo real de perder peso, un perfil psicológico especifico, un entorno familiar que acompañe el proceso y una evaluación de comorbilidades. La obesidad mórbida y el estado de los pacientes se define generalmente como:
Bajo Riesgo
IMC de 25 a 30 kg/m2 sin factores de riesgo cardiovasculares u otras comorbilidades asociadas a obesidad. El paciente debe realizar dieta y actividad física.
Riesgo Moderado
IMC de 25 a 30 kg/m2 con una o más comorbilidades (diabetes, hipertensión, dislipemia) o sobrepeso de más de 30 a 34Kg/m2. El paciente debe realizar dieta y actividad física.
Riesgo Alto
IMC de 35 a 40 Kg/m2 son alto riesgo y por encima de 40 KG/m2 son muy alto riesgo. Realizar tratamiento agresivo: dieta, actividad física, farmacológica, terapia y cirugía bariátrica.
¿Cómo se calcula el IMC?
En realidad el IMC es un dato que maneja el médico; cuando el paciente obeso hace la consulta se calcula y se le explican las posibilidades y opciones. Es la siguiente fórmula: IMC= Altura dividido Peso al cuadrado.
¿Cuáles son los tipos de cirugías?
Para que la cirugía cumpla con su objetivo es fundamental la participación de un equipo multidisciplinario compuesto por nutricionistas, psicólogos y terapia física que acompañe y guíe al paciente en todo momento.
Así, previo a la cirugía, el paciente es visto por dicho equipo para evaluar su estado de salud: enfermedades presentes, su perfil psicológico y el de su entorno familiar, video endoscopía, ecografía, etc. que informarán si el paciente está en condiciones de operarse o debe previamente corregir patologías.
Actualmente se realizan dos procedimientos:
Restrictivo: Gastrectomía Vertical en Manga
Se extraen ¾ partes del estómago, quedando una cavidad gástrica alargada en forma de manga o tubo, de allí su nombre.
Restrictivo y Mal Absortivo: By Pass Gástrico
Se secciona el estómago, quedando un remanente gástrico pequeño (25cm3). Se agrega la sección del intestino delgado que luego se unirá a este estomago remanente. Se logra que el alimento pase del estómago al intestino delgado. Se completa con otra unión de intestino a intestino para recibir los aportes biliares y pancreáticos del proceso digestivo.
¿Cómo es el día posterior?
El día posterior a la operación, se realiza una radioscopía para corroborar el paso sin fugas de la sustancia de contraste por el tubo digestivo. Una vez terminado el estudio, el paciente es enviado a su cuarto de internación y se le suministran líquidos por vía oral, después de unas 4 ó 5 horas de control sin novedades se da el egreso hospitalario con las indicaciones y fecha de próxima consulta.
En conclusión, las dos operaciones previamente explicadas tienen excelentes resultados para el paciente. El equipo de obesidad determinará cuando realizar una u otra cirugía, en función de una evaluación de cada caso en particular.
Fuente: losandes.com.ar