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Cirugía Bariátrica y Riesgo Cardiovascular

La obesidad, cada vez más prevalente, es un factor de riesgo cardiovascular creciente. Supone una sobrecarga hemodinámica para el corazón, que con el tiempo puede producir cambios anatomofuncionales aumentando el riesgo de arritmias, insuficiencia cardiaca o muerte cardiovascular.

Para aquellos pacientes con obesidad mórbida en los que el tratamiento dietético convencional no ha funcionado, la cirugía bariátrica (que incluye técnicas como la introducción del balón gástrico, la gastroplastia o el bypass gástrico, por ejemplo) es la opción más eficaz.

Indicaciones de la Cirugía Bariátrica

La cirugía bariátrica consiste en reducir la capacidad gástrica y/o interrumpir la absorción de ciertos alimentos para lograr reducir significativamente el peso con el propósito de disminuir el riesgo de que se presenten problemas de salud potencialmente mortales relacionados con el peso, como los siguientes:

· Enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (AVC)

· Hipertensión Arterial Sistémica

· Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) o esteatohepatitis no alcohólica (ENA)

· Apnea del sueño

· Diabetes Mellitus

La cirugía bariátrica no es para todas las personas que tienen sobrepeso grave. Es necesario cumplir con ciertas pautas médicas y estar dispuesto a hacer cambios permanentes para llevar un estilo de vida más saludable. Ésta está indicada si:

· Tu índice de masa corporal es de 40 o más (obesidad extrema).

· Tu índice de masa corporal es de 35 a 39,9 (obesidad), y tienes un problema de salud grave relacionado con el peso como: diabetes mellitus, hipertensión arterial o apnea del sueño grave.

Por lo general, se realiza únicamente después de haber intentado bajar de peso con mejores hábitos alimenticios y ejercicio iniciando un compromiso a largo plazo que incluyan el control de tu nutrición, estilo de vida y conducta, y tus afecciones médicas.

Riesgo cardiovascular asociado a obesidad

El calcular el riesgo cardiovascular utilizando el método de Framingham en los pacientes sometidos a cirugía bariátrica antes y después del tratamiento quirúrgico, nos permite conocer objetivamente su influencia en los problemas metabólicos asociados a la obesidad.

El método de Framingham es un algoritmo que permite estimar el riesgo de cada persona para presentar un evento cardiovascular para precisar el riesgo coronario tanto de morbilidad como de mortalidad en un periodo de 10 años.

Diversos estudios han buscado determinar el grado de mejora en cuanto al patrón geométrico y en la función diastólica del corazón de los pacientes sometidos a este tipo de intervenciones.

Un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología (REC) ha analizado la función y la estructura del corazón antes y a los seis meses de la cirugía bariátrica. El trabajo concluye que, asociada a la gran pérdida de peso, esta cirugía supone una mejora en la función y la estructura del corazón. Concretamente, en cuanto a la función diastólica del ventrículo izquierdo, destaca que antes de la intervención solo un 28% de los pacientes tenía un llenado normal, en comparación con el 69% de los pacientes tras seis meses de seguimiento.

En relación al patrón geométrico del corazón, el 71,9% de los participantes presentaba una estructura anómala, mayoritariamente hipertrofia excéntrica (un 40,6%), esto es un aumento de la masa del corazón, que se traduce en un mayor riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca, arritmias y muerte por enfermedad cardiovascular. A los seis meses tras haber sido sometidos a la cirugía bariátrica, la mayoría de pacientes mejoraron considerablemente su patrón geométrico, de modo que casi un 60% de ellos presentaba una estructura normal.

Debido a que las enfermedades cardiovasculares representan la principal causa de muerte en México y en el mundo, el desarrollo de medidas preventivas sería una conducta racional que salvaría vidas. La cirugía bariátrica no solo disminuye el peso de los pacientes que se someten a ella, sino que también reduce otros factores de riesgo cardiovascular como los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos y presión arterial, entre otros.

Así, estos cambios se asocian globalmente a una mejoría del perfil de riesgo cardiovascular del paciente.

salvandolatidos.org.mx