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Para combatir el sobrepeso hay que reeducarnos en la alimentación

Igual que iniciamos a los niños en los alimentos cuando son bebés, proporcionándoles una dieta equilibrada y provista de los nutrientes necesarios para el crecimiento, si somos adultos con sobrepeso necesitamos reeducarnos en la alimentación.

Es lo que hacemos o tratamos de hacer cuando acudimos a un nutricionista para que nos entregue unas pautas a seguir en nuestra rutina diaria de comidas. Descartaremos alimentos que antes formaban parte de nuestro día a día e introduciremos otros nuevos. Esas recomendaciones a seguir incluirán nuevas cantidades, nuevos horarios y otras combinaciones de alimentos.

Una dieta forma parte de una reeducación alimentaria, pero ésta no se ve completa si el paciente no toma conciencia de la importancia de la alimentación en su vida. No se trata sólo de seguir unas normas que nos imponen durante un determinado espacio de tiempo, sino de considerar el distinto modo de comer una nueva manera de vivir. Y eso supone también erradicar los hábitos sedentarios y comenzar a considerar el ejercicio como un elemento de nuestro día a día.

Es la filosofía es que cada operación de cirugía bariátrica va acompañada de un proceso de reeducación alimentaria, no sólo adecuado a cada intervención, sino al caso particular de cada paciente. A la vez que se reduce el estómago se pone en marcha esa reeducación, que comienza, como es normal, con las pautas del preoperatorio, las que suceden a la intervención y luego ya el seguimiento posterior.

Como os decía, éste difiere en cada caso. En el caso del Balón Gástrico, el plan más intenso se realiza los seis primeros meses y se continúa hasta aproximadamente el año que es cuando suponemos que el paciente está preparado para afrontar con éxito una nueva forma de entender la nutrición.

Para quienes desconozcáis esta técnica, el balón gástrico consiste en la introducción de este elemento en el estómago durante seis meses. Está indicado para personas con una masa corporal extra de entre 15 y 45 kilos.

La reeducación para los pacientes que se han sometido a este procedimiento se llama BIG Approaching y se realiza en 48 sesiones. Durante las mismas, se abordan los siguientes contenidos:

Comportamientos alimenticios
Ejercicio
Grasas ocultas
Planificación de comidas
Información en las etiquetas de los alimentos

Tu plan de nutrición

Es un trabajo intenso en el intervienen no sólo expertos en nutrición, sino también en estética, puesto que una imagen positiva solo va a ir reportando a mejoras a nivel interno y contribuyendo a que el paciente continúe el método con la mayor ilusión.

En cuanto al Método Pose -la realización de plicaturas o pliegues en la parte alta y baja del estómago para que el paciente se sienta saciado- se precisa de un año para estar seguros de que el éxito final se ha logrado.

Para que os hagáis una idea de cómo es el protocolo general, sin modificaciones ni adaptaciones al historial de cada individuo, echad un vistazo a las siguientes indicaciones.

El recién operado mediante Método POSE de Minerva se verá restringido a una dieta líquida especial durante la primera semana, que podría incluir lo siguiente: jugos no cítricos, leche desnatada, sopas claras o caldos desgrasados, gelatinas.

Deberá, asimismo, evitar el café, bebidas carbonatadas, comidas grasas, chocolate, helados.

Después de unos pocos días con una dieta líquida estará listo para comenzar la transición a alimentos sólidos. Antes de los alimentos sólidos, pasara a los semisólidos. La velocidad con que realice esta transición dependerá de su progreso y del grado de tolerancia de su cuerpo a los líquidos. Es importante efectuar la transición lentamente y no tratar de apresurar el proceso de adaptación al POSE.

Algunos de los alimentos que su dietista le puede prescribir en este momento son: copos de avena, sopas más espesas y purés de frutas. Se le darán instrucciones sobre su régimen de nutrición inicial con alimentos sólidos con restricciones calóricas. Esta prescripción inicial puede ser modificada por el dietista con el tiempo, durante reuniones posteriores.

Después de las dos primeras semanas, por lo general, el estómago estará en disposición de avanzar a la ingestión de alimentos blandos y puré durante dos semanas.

Si hablamos de la cirugía de manga gástrica – en ésta se elimina la parte superior del estómago, presentado el resultado forma de manga alargada- por último, hay que advertir a los interesados que nunca volverán a comer las mismas cantidades y de la misma forma. Su obligación será aprender a consumir de todo pero de una forma adecuada y lo más saludable posible. Al tratarse simplemente de un sistema restrictivo, si no se sigue una dieta moderada el paciente podría volver a engordar.

Las expectativas de ganar en salud y calidad de vida son muy grandes. Por lo tanto, son pacientes que adquieren un elevado grado de compromiso. Todo el equipo, además, contribuimos a ayudarle a lograrlo. No sólo el especialista, el equipo médico, nutricionista y de seguimiento al paciente tienen un alto grado de implicación en el proceso de cambio que el paciente está afrontado y todos de alguna manera se convierten en coach o psicólogos, cada uno en su rol.

Fuente: nosotras.com