El aumento de las tasas de obesidad y el manejo ineficaz de estrategias de control de peso, han incrementado la prevalencia de procedimientos quirúrgicos para tratar la obesidad mórbida. El bypass gástrico ha sido una de las alternativas más solicitadas, gracias a la efectividad que presenta. Reducir literalmente el tamaño del estómago es una táctica que disminuye significativamente la ingesta alimenticia, sin embargo un nuevo estudio sugiere que la clave del resultado de esta intervención quirúrgica no proviene de la privación de alimentos, sino de la presencia de una mayor variedad de microbios.
En una investigación realizada en el Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona, se pudo evidenciar que el bypass gástrico, además de limitar la ingesta de alimentos, provoca un cambio en el ecosistema microbiano del sistema digestivo, y que esta permutación tiene un rol protagónico en la pérdida de peso.
Ya en el año 2008, los investigadores habían encontrado que luego de haberse practicado un bypass gástrico, los pacientes presentaban un cambio drástico en los tipos de bacterias del sistema digestivo, lo cual les llevó a preguntarse si estos nuevos microbios podrían ser, al menos parcialmente, responsables de la pérdida de peso en curso. Sin embargo, estas observaciones se realizaron en una pequeña muestra de individuos, lo cual dificultaba sacar conclusiones sólidas.
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En esta ocasión, los investigadores ampliaron la muestra de individuos a estudiar, e incluyeron pacientes que también habían sido sometidos a otro tipo de cirugía bariátrica llamada cirugía de banda gástrica. Los científicos analizaron la diversidad de los genomas microbianos, así como sus productos de desecho en 24 personas que habían sido sometidas a un procedimiento de bypass gástrico.
Luego compararon los resultados con muestras tomadas de 14 pacientes que se sometieron a cirugía de banda gástrica, 15 pacientes obesos que estaban a punto de realizarse la cirugía, y 10 pacientes que se encontraban dentro de un rango de peso saludable.
Tal como lo evidenciaron en el 2008, los investigadores observaron que los microbios que viven en los intestinos de los pacientes que se sometieron a una cirugía, eran distintos de los pacientes que no se habían practicado ninguna intervención quirúrgica.
Explica Zehra Esra Ilhan, autor principal del estudio: “En la cirugía de bypass gástrico, una parte del estómago se cierra con suturas y luego se une el intestino delgado a este nuevo y más pequeño estómago, redireccionando la ruta de los alimentos. La cirugía de banda gástrica no redirecciona la comida, sino que reduce la tasa de consumo, creando un cuello de botella en la parte superior del estómago.”
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Aunque ambos procedimientos parecen alterar los ecosistemas microbianos en el intestino, los cambios en la diversidad microbiana fueron mucho más extensos en los pacientes que tenían la cirugía de bypass. Una de esas bacterias que comenzaron a aparecer en el intestino, pertenece a un género llamado Lactobacillus, un organismo que se ha asociado con la pérdida de peso.
Los resultados de este estudio sugieren la posibilidad de contar con una nueva estrategia factible para afrontar la problemática del control de peso.
En un estudio realizado en el 2013, se tomaron microbios de ratones a los que se les practicó un bypass gástrico y fueron trasplantados a ratones obesos. El estudio reflejó que los ratones obesos perdieron en promedio el 29% de su exceso de peso.
Teniendo en cuenta que esto no se ha replicado aún en los seres humanos, un paso futuro para los investigadores, podría ser la identificación de los probióticos o dietas que fomenten el crecimiento del tipo correcto de los microbios para promover la pérdida de peso.
Fuente: tekcrispy.com