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Esta es una de las soluciones para la obesidad extrema: cirugía bariátrica

Una de las cirugías más frecuentes, debido al aumento de personas con obesidad y con sintomatología clínica.

Sin embargo las complicaciones de este tipo de cirugía alcanzan una frecuencia de hasta el 40%, las mismas ha disminuido gracias a unos criterios estrictos quirúrgicos, a la acreditación de centros competentes para la cirugía debido a procesos formativos, a las guías clínicas y quirúrgicas para la seguridad y efectividad de la cirugía bariátrica y unos mejores cuidados perioperatorios.

Las cirugías bariátricas se han dividido siempre en tres categorías: las cirugías restrictivas, las malabsortivas y las combinadas.

Dentro de los procedimientos restrictivos se encuentran la gastroplastia vertical en banda y la laparoscopia gástrica en bandas ajustable. Entre las cirugías malabsortivas está la derivación biliopancreática, sóla o con cruce duodenal. Para las cirugías combinadas se realizan la Y de Roux y la gastrectomía en manga.

Los tres procedimientos quirúrgicos que hoy día se realizan en la cirugía bariátrica son:

– el Bypass de y de Roux,
– la banda gástrica por laparoscopia (LAGB), y
– la gastrectomía en manga.

La causa más frecuente de mortalidad temprana es la embolia pulmonar. Debido a los factores que aumentan el riesgo de mortalidad son la edad del paciente, principalmente pacientes por encima de 65 años, el sexo masculino, la experiencia en el centro hospitalario y del cirujano, el tipo de procedimiento, el índice de masa corporal, el tener hipertensión arterial y el aumento del riesgo embólico.

Dependiendo de los factores anteriores, a los pacientes se les clasifican en tres clases A, B o C (de bajo a alto riesgo quirúrgico).

La técnica de laparoscopia (LAGB) parece tener menor morbilidad que las otras técnicas. Entre las complicaciones intraoperatorias que aparecen se encuentran el daño esplénico, el daño de la vena porta y la isquemia intestinal.

Entre las complicaciones tempranas, a parte del sangrado implícito a cada cirugía, el paciente puede presentar trombosis venosa, embolismo pulmonar, complicaciones cardiacas, infecciones que se pueden disminuir con tratamiento antibiótico, hipoglucemias postoperatorias.

Y entre las complicaciones tardías generales que los pacientes pueden tener está la colelitiasis, las deficiencias nutricionales, las úlceras principalmente en la cirugía tipo Y de Roux al igual que la hiperoxaluria y la nefrolitiasis, el síndrome de Dumping y las complicaciones neurológicas y psiquiátricas.

Los criterios de cirugía bariátrica son un IMC >40Kg/m2 o IMC >35-40Kg/m2 acompañado de hipertensión, DM y comorbilidad. Gracias a la cirugía bariátrica el paciente puede disminuir sus necesidades de insulina, tiene menor necesidad de antihipertensivos, son capaces de reducir las alteraciones lipídicas, mejoran los síndromes de apnea obstructiva de sueño, y las hipertensiones intracraneales asociadas al peso.

Entre las complicaciones neurológicas están la polineuropatía (PNP), el síndrome de pies ardientes, la meralgia parestésica, la mielopatía posterolateral, el síndrome miotónico, la encefalopatía Wernicke Korsakoff, la neuropatía óptica y la plexopatía lumbosacra.

La PNP (polineuropatía)

Más frecuente en la cirugía bariátrica que en cualquier otro tipo de cirugía abdominal, 30% respecto al 3 % de las otras cirugías. Los patrones típicos observados van desde la mononeuropatía, la polineuropatía sensitiva y la radiculoplexopatía. La afectación de miembros inferiores que superiores, suele ser lo más frecuente.

Entre la mononeuropatías más descritas están el síndrome del tunel del carpo, la neuropatía del radial, la neuropatía del cubital en el codo, la neuropatía del nervio occipital, la meralgia parestésica, y la neuropatía del ciático; las mononeuropatías suelen ser asimétricas. Las radiculoplexopatías pueden afectar a ambos plexos, el lumbosacro y el cervical. Inicialmente los síntomas son asimétricos o unilaterales.

El primer síntoma es el dolor con sensación de quemazón y alodinia, con parestesias, seguido de debilidad del miembro afectado. Los síntomas autonómicos y las neuropatías craneales no se han descrito.

Entre los factores de riesgo involucrados en el desarrollo de la PNP están la pérdida de peso absoluto, los síntomas gastrointestinales, el fracaso en la alimentación tras la cirugía, la disminución en los niveles de ferritina, albumina y transferrína, las complicaciones postquirúrgicas y el bypass yeyunoileal. (Thaisetthawatkul et al; 2010).

La polineuropatía aguda que recuerda al síndrome de Guillen Barre suele desarrollarse en los primeros meses tras la intervención quirúrgica, pero también se describen tras años de la misma. Se manifiesta por dolor en los pies y parestesias que son ascendentes, debilidad progresiva de horas a días tras el inicio de las parestesias, además se puede añadir ataxia y arreflexia.

El electromiograma suele manifestar una polineuropatia sensitivo motora axonal. Dentro del diagnóstico diferencial estaría la neuropatía del paciente crítico, pero en el caso de la PNP como complicación de la cirugía no suele haber sepsis, ni afectación del nervio frénico.

Fuente: noticias24.com